GRAN EMPRESARIO Y EXPERTO EN REFRIGERACIÓN

Karlheinz Wobser, Presidente & CEO de LAUDA durante muchos años (Foto © LAUDA)

A última hora de la tarde del 9 de diciembre, falleció en el hospital Caritas Krankenhaus de Bad Mergentheim a los 87 años de edad el conocido empresario de Lauda-Königshöfer Karlheinz Wobser. Desde que su padre, el Dr. Rudolf Wobser, fundara la antigua fábrica de instrumentos de medición Messgeräte-Werk LAUDA Dr. R. Wobser KG, Karlheinz Wobser participó desde el principio, como primer empleado, de forma decisiva en la constitución y frenético desarrollo de la por entonces joven empresa. Gracias a sus profundos conocimientos en la tecnología de refrigeración, preparó el camino para el ascenso hasta su posición actual de líder mundial del mercado. Hasta el fallecimiento del fundador de la empresa en el año 1977, desempeñaba los cargos de apoderado y director técnico y después de esa fecha asumió, al igual que su hermano, el Dr. Gerhard Wobser, el puesto de socio con responsabilidad personal, pasando a ser Presidente & CEO una vez la empresa se transformó en GmbH & Co. KG. Karlheinz Wobser mostró un especial interés por la innovación en los equipos de refrigeración, la mejora de los procesos de producción, así como la modernización y ampliación de las plantas industriales. Después de 46 años trabajando con dedicación y éxito para LAUDA, a finales de 2002 Karlheinz Wobser se jubiló a los 66 años.

Nació en Dresden el 28 de junio de 1936, siendo el primogénito del Dr. Rudolf y Dorothea Wobser, y en 1942, en plena guerra, empezó a ir al colegio a Medingen, a unos 20 km de distancia, donde a su padre se le había encomendado la tarea de montar un departamento de maquinaria en la empresa originariamente química Gebrüder Haake.  Tras sus estudios de primaria y secundaria en Dresden, en el año 1954 se graduó y en otoño empezó a estudiar ingeniería mecánica, con especialidad en mecánica de precisión, en la Escuela Técnica Superior de Dresden.

Debido a la creciente presión política en la RDA, en agosto de 1955 sus padres decidieron huir a Berlín Occidental. Poco después, la familia encontró alojamiento durante un tiempo en Schwenningen am Neckar. Hasta marzo de 1956, Karlheinz Wobser trabajó como mecánico en la fábrica de Wigo, en Schwenningen, mientras que el resto de la familia se trasladaba a Burlafingen, en Neu-Ulm. En aquel momento, el padre comenzó su búsqueda nacional de inversores, un emplazamiento y posibles clientes para una empresa propia y se encontró con el interés del Ayuntamiento de Lauda, así como del fabricante Erich Widmann y Paul Hagspiel. El 1 de marzo de 1956, se fundaba la empresa Messgeräte-Werk LAUDA Dr. R. Wobser KG con Karlheinz Wobser como su primer empleado.

Por motivos que se desconocen, su procedimiento de admisión en la República Federal de Alemania fracasó en un principio y fue amenazado con la deportación de vuelta a la RDA. Afortunadamente, unos años después obtuvo la nacionalidad de la República Federal Alemana y, con ello, también su documento de identidad. Las continuas incertidumbres fueron una de las principales razones por las que Wobser no pudo terminar sus estudios. Al ser empleado de la joven empresa desde el primer momento, se hizo indispensable en su constitución. Con su participación en numerosos cursos, adquirió los fundamentos teóricos y prácticos de la tecnología de refrigeración y, junto con su padre, desarrolló los primeros termostatos de refrigeración, preparando así el camino para el posterior ascenso de LAUDA a su posición de líder mundial en su sector.

En enero de 1957, Karlheinz Wobser conoció a la que en octubre de 1961 se convertiría en su esposa, Gudrun Schüssler, de Tauberbischofsheim. Tuvieron tres hijas Andrea (1962), Gabriele (1963) y Ulrike (1964). A su vez, sus tres hijas han formado sus propias familias y tienen hijos que ya están en edad adulta. Además, dos de sus hijas siguen trabajando en la empresa en la actualidad. A principios de los años 60, gracias a un nuevo y revolucionario programa, comenzó el crecimiento constante de la joven empresa. El número de empleados era cada vez mayor y se encadenaban fases de construcción. Karlheinz Wobser, como director técnico y apoderado, tuvo un papel importante en esto. Cuando el fundador de la empresa, el Dr. Rudolf Wobser, falleció el 17 de junio de 1977 con tan solo 66 años y tras una grave y breve enfermedad, sus dos hijos, Karlheinz Wobser y el Dr. Gerhard Wobser, se convirtieron primero en socios con responsabilidad personal y después, cuando la empresa pasó a ser una GmbH & Co.KG, en Presidentes y CEO.

Karlheinz Wobser mostró un especial interés por la innovación en los equipos de refrigeración, la mejora de los procesos de producción y la modernización y ampliación de las plantas industriales. Después de 46 años trabajando con dedicación y éxito para LAUDA, a finales de 2002 se jubiló a los 66 años.  Pero incluso después de retirarse, siguió interesándose mucho por el desarrollo de la empresa y participando en los actos del Club de séniores de LAUDA. Su gran compromiso con la empresa y la sociedad fue reconocido en 2006 con la concesión de la Medalla Staufer del estado de Baden-Württemberg y, en 2016, de la Medalla Dr. Rudolf Wobser.

Aparte de su trabajo y su familia, numerosos compromisos honoríficos han marcado la vida de Karlheinz Wobser. Fue miembro del consejo de administración de Sparkasse Tauberfranken entre 1985 y 2008 y juez mercantil honorífico en la Sala de lo Mercantil del Tribunal Regional de Mosbach entre 1996 y 2004, así como miembro de la Asamblea de Representantes de AOK durante muchos años. También fue miembro de varias asociaciones y ha sido miembro de la junta directiva del club de tenis de Lauda, así como del aeroclub Bauland durante muchos años. Entre sus aficiones, además de la aviación deportiva, se encontraban tocar el acordeón y el teclado, y también el cuidado de su jardín. En los últimos años, se aficionó a jugar al golf y participar en cruceros fluviales. Lamentablemente, sus crecientes problemas de salud fueron limitando el ejercicio de sus actividades. Sin embargo, en junio de 2021 pudo celebrar acompañado de la familia y muchos amigos su 85 cumpleaños y en octubre de 2021, después de 60 años de matrimonio con su mujer Gudrun, disfrutó de la celebración de sus bodas de diamante. En mayo de este año, se fracturó el cuello del fémur y la recuperación fue muy lenta. Debilitado y con cada vez más problemas orgánicos, tuvo que ser ingresado varias veces en el hospital, donde finalmente halló descanso el 9 de diciembre, atendido y llorado por su familia. Nos ha dejado un gran empresario y ciudadano de Lauda-Königshofen.

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